¡Tú, sí, tú, estate quieto, chaval!
Cuando crecimos y fuimos al colegio, había ciertos maestros
que ofendían a los niños de cualquier forma que les fuera posible
Vertiendo su escarnio sobre cualquier cosa que hiciéramos
Poniendo en evidencia toda debilidad
escondida cuidadosamente por los niños
Pero en el pueblo era bien sabido que
cuando llegaban a casa por la noche
sus gordas y psicópatas mujeres
¡les despellejaban hasta dejarlos al borde de la muerte!
No necesitamos una educación
No necesitamos que controlen nuestro pensamiento
No al oscuro sarcasmo en clase
Maestros, dejad a los chicos en paz
¡Hey!, ¡Maestro! ¡Deje a los niños en paz!
Al fin y al cabo es sólo otro ladrillo en la pared
Al fin y al cabo no eres más que otro ladrillo en el muro
No necesitamos una educación
No necesitamos que controlen nuestro pensamiento
No al oscuro sarcasmo en clase
Maestros, dejad a los chicos en paz
¡Hey!, ¡Maestro! ¡Deje a los niños en paz!
Al fin y al cabo es sólo otro ladrillo en la pared
Al fin y al cabo sólo eres otro ladrillo en la pared
"¡Mal, prueba otra vez!
¡Mal, inténtalo de nuevo!
Si no te comes la carne, no tendrás postre
¿Cómo vas a tener postre si no te comes la carne?
¡Tú!, ¡Sí, tú, el que está detrás de la caseta de las bicis,
estate quieto, chaval!